De Voltaire y el Burka
Son las cinco de la mañana, le pongo tres cerrojos a la nevera y me voy al sofá que me espera en el salón, como dicen unos pobrecitos versos muertos de hambre de Luis Eduardo Aute. Me he despertado pensando en que Ramon Camats hoy sera el único que vote no a la modificación de la ordenanza de civismo sobre el tema del velo integral en mi Paeria estar de acuerdo con el regidor me dio más hambre.
El relativismo no le gusta a nadie, a nadie le gusta estar en medio de nada y menos ser empatico con el resto de la humanidad, yo no soy empatica con ciertos personajes que se dedican al genocidio. Pero intento ser empatica con la humanidad que me rodea y relativizar sus costumbres y hábitos, aunque me cueste entender ciertos mecanismos que no soporto, las funciones del burka, por ejemplo, para mi son difíciles de conciliar con las costumbres europeas y sobre todo creo que es una forma de alienación, robar el rostro de una persona es robarle la identidad, destruir su personalidad y seguramente va en contra de la seguridad nacional y todas esas cosas que no quiero entrar a discutir.
Ramon Camats e ICV tienen la valentía de correr el riesgo de defender principios, cosa que otros partidos mayoritarios han dejado de hacer. ICV se ha olvidado de la estrategia política por defender principios como la libertad individual y la tolerancia religiosa. Un señor que sabe mucho me dijo uno de estos días que Voltaire, uno de los padres de los ilustrados franceses que llevaron a ser muy grande a la Francia, se preguntaba si “¿La tolerancia producirá un mal tan grande como la intolerancia? ¿La libertad de conciencia será una calamidad tan bárbara como las hogueras de la Inquisición?” luego reflexionaba sobre la sangre que corrió merced a las discusiones teológicas;
y que:
“...únicamente la tolerancia pudo restallar esa sangre. ¿Qué es la tolerancia? Es la panacea de la humanidad. Todos los hombres estamos llenos de debilidad y de errores, y debemos perdonarnos recíprocamente, que ésta es la primera ley de la Naturaleza.”
Este señor del 1700 opina que deberíamos procurar:
“...que comercien juntos en la bolsa de Amsterdam, de Londres o de Basora el guebro, el baniano, el judío, el turco, el chino, el cristiano griego, el cristiano romano, el cristiano protestante y el cristiano quákero, que de ese modo no se clavarán el puñal unos a otros por atraer prosélitos a su religión”
Me parece un peculiar y primitivo análisis materialista de la realidad y como una cosa lleva a la otra me vino en mente la guerra de los USA por los recursos petroleros y su rebote fundamentalista o la guerra que se lleva Israel contra Palestinas, con excusas sionistas por un pedazo de tierra.
Sigue con un juicio de valor sobre la humanidad, un consejo al gobierno y una crítica a la religión católica cristina, todo en seis lineas:
“Es indudable que todo particular que persigue a un hombre, que es su hermano, porque éste profesa distinta opinión, es un monstruo; pero el gobierno, los magistrados y los príncipes, ¿cómo deben tratar a los que profesan diferente culto que ellos? Si son extranjeros poderosos, el príncipe se aliará con ellos. Indudablemente, de todas las religiones, la cristiana debía ser la más tolerante, aunque hasta hoy los que han profesado esa religión superaron en intolerancia a los demás hombres.”
Y esto ya me hizo pensar en la politica prohibicionista de la Francia de Sarkozy y de otros de misas e intolerancias, en sus ansias de seguir en la poltrona gracias a los votos de la derecha dejando de lado los principio liberales de sus partidos.
Voltaire termina su articulo dando una pista de como se debería gobernar:
“Os he dicho en otra parte, y vuelvo a repetiros, que si tenéis dos religiones en vuestros reinos se cortarán la garganta una a otra; pero si tenéis treinta, vivirán juntas y en buena armonía...es indudable que debiéramos tolerarnos mutuamente unos a otros, porque somos débiles, inconsecuentes, volubles y víctimas de los errores.”
Mira por donde a mi no me da la gana de compartir ciertas ideas, me da la gana que Ramon Camats vote no y que se pongan en marcha mecanismos de educación a la ciudadanía, que dando espacios de libertad se convenza a la minoría de los hombres y mujeres musulmanes que llevar burka no es el máximo de la moda, ni de la decencia, que la decencia es el recato, la honestidad y la modestia y que se basa en la dignidad de los actos y de las palabras, conforme al estado o calidad de las personas. Y no lo digo yo, lo dice el DRAE.
Decidí, será por hambre, que a pesar de su antisemitismo, que le vamos ha hacer era hijo de su tiempo, Voltaire me caía bien. Ahora yo me pregunto ¿Cómo es posible que sigamos igual? Me voy a desayunar y buena suerte Ramon.
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