Cáterin

Hoy ha sido la jornada de reflexión, es sábado, día anterior a las elecciones autonómicas. Catalunya el lunes tendrá claro el estado de la cuestión. Así que no tengo ganas de hablar de política o economía o inmigración. Trabajar sin conexión a Internet es muy raro, me siento sola, pero decidí que también debía tener mi jornada de reflexión.

Estuve tres días de congreso entre señor@s muy sabi@s y muy gentiles, pase los tres días en el agradable salón Víctor Siurana de la Universidad de Lleida escuchando conferencias en 5 lenguas distintas, italiano, francés, inglés, catalán y castellano, así que como soy quien soy y ya me conocéis en alguna que otra ponencia intente dormir, pero era imposible, estábamos como en el panóptico, apenas dabas la cabezadita te pillaban, así que me lleve un libro de releer Apocalípticos e integrados de Don Umberto Eco. Uno de los señores muy sabios, que se dedica a estudiar seriales televisivos (un escoces que habla perfectamente el catalán gracias a Nissaga de Poder) me vio con el libro y me recrimino la longevidad del texto, es cierto es un libro de 1964, pero mira se me ha dado por ahí. Por ahí y por Pierre Bourdie, a quién siempre le meto o le saco alguna vocal del apellido. Debo estar en plan retro o es que se me ha dado por pensar que la cultura de masa tiene sus pro y sus contra y que a pesar de la ancianidad de su escrito La Distinción Bourdie tiene razón y el arte son es consecuencia del dinero que le sobra a la burguesía a la que le sobra también y por lo tanto el valor tiempo, para poder apreciar o convertir una producción humana en arte.

A lo que iba, en el congreso hubo que hacer cosillas varias y como yo estaba allí, concentrándome inútilmente en la inmersión lingüística, cada vez que me estaba ahogando, intentaba darle una mano a los becarios, la cosa no era fácil para ellos, sé que soy bastante exigente cuando de cáterin se trata. En discutir por las galletas estaba cuando en un momento determinado, el profe encargado de montar tanta cumbre de cerebros, bourdeanos y no tanto, me ofreció un empleo. De hecho hacía como un año que venía ofreciéndole mis servicios como catadora de cáterin de congresos sobre identidad, pero el hombre dudaba con razón de mis capacidades, mis cualidades no están a simple vista, de hecho, si es cierto que el habito hace al monje, parezco una profa, de lo que sea, como de hecho soy y no una golosa gurmet. Lo que mejor sé hacer es aprender y explicar después como buenamente puedo aquello que he aprendido, tengo pasión por una cosa que se llama democratización del saber, no estoy segura quien se invento la frase pero a mi me gusta mucho. Y me gustan los divulgadores científicos, si no son más chulos que un 8 y se les da por salir en Fama Revolution o dirigir la Cosmo Caixa. Me gusta ir a congresos y después traducir lo que me cuentan a mis alumnos, sin necesidad de liarlos con conceptos graves y aburridos, a demás de criticar los cáterin en clase.

A lo que iba, como siempre termino por mezclarlo todo, estaba intentando deglutir el último pedacito de torta de nueces del super, cuando el jefazo se dio cuenta que no era ese menú para un señor de la Sorbona, por suerte esta gente es tan sencilla como inteligente y a la torta del super no le hicieron ascos. Agradecidos, después de una cena excelente en un restaurante fantástico de Lleida volvieron cada uno a su habitación de hotel. A la cena me invitaron, muy majos los sabios y las sabias, les gusta comer tanto como a mi. El problema real me llego después de cenar cuando empecé a pensar que me había sentado mal el magret de pato, me di cuenta que me había embarcado en la mayor aventura laboral de mi vida, no se trataba de probar el cáterin solamente, se trata de llevar a delante un proyecto serio, con un grupo de personas validas y un futuro incierto.

Hoy reflexiono, mañana me toca ir de apoderada por ICV, pasaré un domingo genial cumpliendo con mi trabajo, encantada de la vida, igual que cuando fui interventora en las segundas elecciones democráticas después de la dictadura argentina, con el mismo orgullo. Con la identidad dividida pero la integridad en su sitio. El lunes me agarraré una pataleta o seré feliz según los resultados electorales, el martes volveré a mi rutina y el miércoles me despediré de mis queridos alumnos con quien he pasado unas 72 horas fantásticas y el mismo día me integraré en mi nuevo viaje, quiero que sea un buen viaje, este Institut de Recerca en Identitats i Societat será algo importante para Lleida, cada cosa que produzca el Istitut favorecerá a la ciudad. Sólo espero que esta nova catalana este a la altura de las circunstancias.

Sonia esta por Barcelona, ya volverá me leerá y corregirá las faltas! Si tiene vida propia, ya no sé le puede exigir más a la chavala.