Lo que se come

La cocina es un laboratorio maravilloso donde se realiza la alquimia de la identidad, entre las ollas las madres se adaptan y adaptan los nuevos alimentos, los mezclan con los conocidos, crean nuevas identidades culinarias mientras alimentan el espíritu de los hijos de la migración. Con lo que una madre o una abuela pone en el plato esta diciendo, adaptate o marginate. A veces pienso que no hay nada que defina más la identidad de las personas que la comida. A mi me alimentaron a base de vaca. Leche, queso, yogur, flanes, dulce de leche, churrascos (bistec), chorizos (quién no los conoce) y patis (hamburguesas). La vaca y los derivados de la misma eran parte de mi esencial alimentación. Las únicas verduras que ingerí hasta los 20 años fueron las patatas y los tomates. Y sobreviví. Mi madre, intento darme verdura cocinada de dieciocho o veinte maneras diversas. Comenzó con el puré de vómito de marciano, bautismo que me ocasiono una discusión casi teológica con la chef sobre la existen...