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Mostrando entradas de octubre 7, 2012

El Estado de la mentira.

Mentimos para no herir, no vamos por el mundo diciendo cuatro verdades. La gente que afirma sin vacilación que nunca miente necesita hacerse ver de un psicólogo. No ofendemos a la vecina diciéndole que parece un Seat porque se tiño el pelo de rojo, es posible que hasta le pidamos la dirección de la peluquería, si no ¿quién nos prestará el azúcar cuando nos falte? Mentiras pequeñas, mentiras para eludir responsabilidades, mentiras maternales para que los niños no se coman los mocos, mentiras piadosas, mentiras de matrimonios, mentiras para no mandar en caos un sistema familiar... La función social de la mentira es esa: evitar el conflicto y no generar caos. Incluso las mentiras son valiosas para entender cómo es una cultura, dime sobre que temas mientes y te diré que tabúes tienes. Pero a veces las mentiras son enormes, gordas, profundas y encima algunas son tan evidentes que ofe nden, sobre todo las mentiras de Estado. Hanna Arendt recuerda como en política la mentira esta pe