Confieso soy una inmigrante y de ICV.


  "Es la época de la infelicidad balbuciente. No hay más sitio, no hay más tiempo para los gestos gratuitos, para entender, para aceptar al otro de la mirada excitante, proveniente de otro tiempo. Al contrario, se echara sobre el inmigrado el peso del desasosiego y de la crisis. No es una novedad. "Francia para los franceses" es un grito que viene de lejos (...) Es casi una tradición: en cada grave crisis económica se elevan voces que designan al extranjero como responsable; sombra amenazante, cuerpo no considerado porque no es reconocido, y sin embargo de cuerpo presente es ya culpable. ¿Culpable de qué exactamente? de ser de trabajar, de moverse con el país en la mirada, con esos pocos fragmentos de vida que quisieran ser los signos exteriores de una cultura" Thar Ben Jelloun 1992: 16 (traducción propia)

Esta sensación de desasosiego, de racismo y xenofobia viscerales o simplemente aceptados en silencio, no es nueva, cuando no eran los inmigrantes el chivo expiatorio de los pecados del capital, lo eran los judíos y cuando no, lo eran los gitanos, tenemos la tendencia a dejar de ser hospitalarios en épocas de crisis y los partidos políticos se apuntan al carro de la vox populi y del absurdo sentido común. A muchos de nosotros ya nos nos interesa participar en asociaciones de inmigrantes formados por patriarcas a las que delegar nuestros problemas y defiendan nuestros derechos, algunos de nosotros nos sentimos parte integrante (no integrada, no aculturada, no asimilada) de esta sociedad que hemos elegido para vivir. Para algunos de nosotros ICV fue nuestra asociación de acogida, para algunos de nosotros pasar de partidos políticos de izquierdas, de esos con mil siglas, a ICV, fue un paso obvio. Militar en la izquierda es una enfermedad que nos sale de pequeños, la izquierda es universalista, el proletariado es uno, por lo tanto una izquierda o una otra nos parecieron igual de justas. Pero muchos de nosotros no tenemos una cultura política arraigada o tenemos miedo.
Muchos de nosotros vivimos sin derechos, muchos de nosotros no tenemos documentos, no hacemos declaración de la renta, no vamos al medico por miedo a la denuncia o no nos acercamos al “otro” vecino por miedo a molestar o ser molestado. A muchos de nosotros nos echan a manguerasos de los baldíos porque hacemos feo, nos traen en autobuses como ganado y así nos venden en el mercado del trabajo. A muchos de nosotros no nos dan documentos para poder trabajar. Somos sólo la herramienta para bajar el precio de la mano de obra y cuando conviene al capital los culpables de todos los males del mundo.
Muchos de nosotros, cuando conseguimos cierta estabilidad, mandamos los hijitos al colegio, allí se llenan las aulas de palabras y cartulinas, los maestros y profesores no tiene otros recursos, de esos que se dicen materiales. Esas palabras son valores vacíos de contenido, porque cuando los hihjitos de algunos de nosotros llegan a casa se encuentran con que han detenido a su papá porque no tenía documentos, algunos de nuestros hijitos viven el miedo continuo a la expulsión o a que papá se caiga de un andamio y acabe tirado en una cuneta, tienen miedo a quedarse sin techo, a volver a casa y encontrarse una familia a pedazos.
Muchos de nosotros tenemos intereses, nos gustaría participar, pero tenemos miedo a perder lo que hemos conseguido. Y muchos otros de nosotros simplemente estamos más ocupados en poder sobrevivir, no hay tiempo para participar en la vida política y asociativa del país cuando lo que has de hacer es preocuparte por parar la olla, esquivar a la policía, al racista de turno, aprender y aprehender una lengua nueva o simplemente intentar no enfermarte porque en casa hay sólo uno que puede trabajar.
¿Quién nos representará en las próximas elecciones para cambiar todo esto? ¿Qué partido desde hace mucho tiempo se preocupa por nosotros? ¿Qué partido piensa en la falta de recursos de los maestros de las aulas de acogida? ¿Qué partido pide albergues en condiciones y lugares de oración dignos? Y sobre todo ¿Qué partido defendió el derecho fundamental del voto inmigrante? Para mi fue sólo ICV.
Hay algo que fundamenta las razones de vivir de los hombres y las mujeres que hemos llegado a esta nación y es aspirar a poder competir por un puesto de trabajo en iguales condiciones que los trabajadores europeos. Los inmigrantes sabemos que estamos en crisis, hemos venido saliendo de las nuestras, entendemos que significa la competencia por el trabajo, por eso aspiramos a hacerlo en relación de igualdad, después de todo la mayoría de nosotros a llegado a estas tierras porque fuimos llamados por los empresarios y el Estado. No nos queda más remedio que volver a internacionalizar la idea de proletariado, somos uno ni de casa ni de fuera, somos trabajadores.
Muchos de nosotros somos individualistas, nos fuimos buscando paz, tranquilidad, prosperidad, no nos quedamos a luchar por sacar adelante nuestra propia tierra, cansados, aturdidos, explotados y algunos hasta con hambre, pillamos un avión que nos costo una deuda infinita, nos arriesgamos en una patera, nos escondimos en el motor de un camión, sólo porque nos habían regalado un sueño, un sueño de democracia y prosperidad, un sueño regalado que ahora nos piden que devolvamos. Algunos aceptan el regreso, con honor, por haber hecho todo lo posible en esta tierra y por haber ayudado a la suya con sus remesas, pero muchos otros nos vamos a quedar porque esta es nuestra casa, porque hace años que estamos contribuyendo a crearla, porque cuando se elige una nueva familia se hace por amor y porque si no somos objeto de racismo directo o indirecto o los paternalistas bien intencionados no nos convierten en objetos televisivos y folclóricos, algunos de nosotros ya no nos recordamos que somos inmigrantes. 

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