Motivo de orgullo.




Aguirre: La fuga de jóvenes al extranjero es “motivo de orgullo”




La migración no es una tragedia (al menos no debería serlo), es una estrategia adaptativa del ser humano que busca el derecho a vivir bien. 
Cuando nos íbamos de Argentina, los que se quedaban nos decían lo mismo que lo que opinaba hoy en su Facebook  la Revista Mongolia: 

"La fuga de jóvenes a trabajar en la primera mierda que les ofrecen en el extranjero es motivo de orgullo"

Pero con acento: "te vas che, yo no, yo me quedo, para qué me voy a ir de mi país, para que los gayegos me traten como la última porquería y me den caridad?" o bien nos daban una culpa individual, lo más lindo que escuche decir fue: "Te vas porque no eres capaz de quedarte a levantar a tu país, sos una cobarde". ¿Perdón, oí bien? ¿A levantar qué? ¿Quedarme a luchar? ¿Por qué? ¿a luchar para que las clases dominantes puedan vivir mejor? Luchar, lucho mi padre y mi madre durante toda su vida y siempre ganaban los otros, los Aguirre, los Wert, los Fernández Díaz, los Rajoys... los Bárcenas por ladrones, se les admiraba y todo por saber robar con garbo, mi respuesta: "Perdón, yo voy a luchar por mi futuro no por el de los hijos de esta clase dominante genocida". 
Ahora que en Argentina se esta un pelín mejor (cada tanto le dan un respiro para que los trabajadores de cuello blanco no se les revoltijeen)  hay quien puede viajar a pasear por EU, hubo uno de estos viajeros que me pregunto que  ¿qué necesidad tenía mi familia de emigar? Le respondí que Catalunya me había dado facilidades que no había encontrado en Argentina, me regalo 25 años de bienestar, de welfare state que jamás hubiese vivido en Argentina, una buena sanidad, una buena escuela pública, aunque mejorable, un salario más o menos digno y la posibilidad, por qué no decirlo de vivir como obrero dignamente cumpliendo con nuestros deberes. 
Perdió Argentina, como ahora pierde el Estado español, gente valiosa. Una gran parte de los que nos fuimos realizamos un doble trabajo, dejamos en buen papel al país que abandonamos, ya pueden estar orgullosos los argentinos que se quedaron de los que andamos por el mundo, hemos sido buenos y los hemos hecho quedar bien. Y, a demás, ayudamos trabajando, al país de acogida. Así como deben estar orgullosos los españoles, quédese tranquila Sr Aguirre,  de los que se fueron en su tiempo y ayudaron a crear países nuevos como Uruguay, Argentina o Chile, como deberán estar orgullosos de los que se van ahora y dejen bien parada a esta España de pandereta en el resto del mundo. 
La Sra Aguirre es idiota e ignorante, eso lo sabemos todos desde hace tiempo, piensa con el culo y tiene el culo de paseo, como decía mi tío y si se me permite la vulgaridad. Pero hace el jueguito ideológico a la mierda de economía en que han hecho caer a este Estado, con sus frases lapidarias y facilonas convierte al  marujerio en sus adeptas y adeptos. Lo que no dice la Sra Aguirre es que esta dejando escapar los cerebros más valiosos, los que se adaptan mejor, los más creativos, los más valientes, los que tienen el coraje de enfrentarse a un mundo extraño y jugársela por un futuro mejor y por supuesto, los que tienen un mínimo de recursos para invertir en el país de acogida. El Estado español pierde como perdió Argentina en los 80 y 90.  Ahora vuelve España a ser país push empujando hacia afuera. Que no espere la Sra Aguirre que estos chicos hagan como sus padres que mandaban los dineros desde Alemania para reconstruir Hispania, posiblemente les guste tanto Noruega que acaben mandándonos sólo postales de los fiordos. 
Ya que estos chicos y chicas deben por fuerza emigrar hagámosle la vida mejor, no le pidamos el sacrificio patriótico de quedarse, ayudémosles si se van, y a los que se quedan también, porque: o no pueden irse o tienen el otro coraje, el de quedarse y pelearla, pero espero que entiendan que los que se van les dejan el lugar de la reconstrucción, eso si, deberemos esperar que la gente del fascismo derechoide del PP se vayan, o echarlos ya de una vez, por que con estos no construimos nada. No nos dejan.  
Y yo no me vuelvo a Argentina, aunque la respete, no es, después de 30 años, mi lugar en el mundo. Los catalanes deberán soportarme, por eso me dejaron pasar de la primera mierda de empleo a donde me siento bien hoy, aunque sin crisis podría estar mejor.




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