Como el perro del hortelano-

          En el FB alguien colgó esto: 

Libro didáctico infantil alemán Que Explica la homosexualidad.

http://johnnybradshaw.tumblr.com/post/52745812142/libro-infantil-didactico-aleman-que-explica-la

Para mi familia resulta raro tener que explicar a los hijos algo que para nosotros es parte de la vida cotidiana. Es decir plantearnos leerle un cuento a nuestro hijo donde explique que la madre toma mate y su padre come pasta asciuta, nos pareció siempre ridículo.

 A ver si me explico contádoles algo que le paso a mi hijo: cuando tenía seis o siete años descubrió la homofobia, bastante después de la homosexualidad, que ni siquiera sabía lo que era, sólo sabía que en casa venía María con su novia o el tío Juan con su novio, por lo tanto la palabra homosexual no existía, existían sólo personas que se amaban. Le dio tristeza pensar que había gente que no quería a sus amigos/as, fue muy difícil explicarle la homofobia, porque explicar el amor es fácil, pero explicar siglos de cretinismo mental, de prejuicios y retrasos es mucho más difícil. Ahí si que necesite muchos cuentos.

Vivir la diversidad como algo cotidiano, "natural", como algo que no llama la atención porque esta cada día allí y que de un día para otro te expliquen que esta diversidad existe y que algunos quieren hacerla notar continuamente para que la juzguemos, como mínimo sorprende. 

No pasa sólo con la homosexualidad, otras diversidades existen y en mi vida son comunes, no excepciones, no se ya en las vuestras, pero nosotros vamos a comer siempre al mismo restaurante chino porque la dueña nos cae bien, al libanés por el postre, yo compro en la tienda del  musulmán de la esquina lo que me olvido en Mercadona para no hacer cola, a demás expone los cuadros de un amigo suyo que son una pasada, mi padre se empeña en llamarle el badulaque y no hay manera de que entienda que el señor es árabe no paquistaní, en realidad le importa un pimiento, en la plaza mi hijo jugaba con amigos salvadoreños (ahora juega a la Play y guasapea) y me encantan las patatas rellenas del bar del colombiano, adoro los caracoles de Josep Antoni, trabajo con gente castellana y catalana y con Hassan discuto siempre sobre llevar o no los chicos a Eurodisney (él los llevo) tengo amigos de colores, amigos ancianos, amigos LGBT, amigos de diferentes religiones y me peleo con ellos, como con ellos, compro en sus tiendas, comparto mi barrio, hasta tengo un hijo italiano y sobretodo convivo conmigo misma, una argentina en Catalunya cosa que ya es difícil. 

Quiero dejar de explicar la diversidad y poder disfrutarla en paz y que señoras del PP dejen de llamar etnias a la gente, que dejen de hacer razias par atrapar personas, que nadie es más que eso, persona. Quiero dejar de oír que el matrimonio homosexual va contra natura, cuando en realidad lo que va contra natura es casarse, pero si les hace ilusión a mis amigos, pues a tirar el ramo. La naturaleza tiene tanta diversidad que contempla hasta la homosexualidad, lo que no contempla es la deformidad cerebral de popes predicadores de historias inventadas en las noches de frustración. Harta estoy de que haya gente como el perro del hortelano, que no come  ni deja comer.