Nosotros no.
La
sociedad descrita como sociedad líquida justifica un sistema de economía
líquida, de valores, de ética y de moral
líquidos. Es hora de volver a lo concreto, de volver a una economía al
servicio del ser humano y de concretar colectivos y comunidades por el bien
común, tangible y sólido. Hemos llegado aquí, no por que hayamos dado un paso
más grande de los que nos daban las piernas, como nos quieren hacer creer, si
no porque hemos sido condescendientes con la inmoralidad de las personas que
gobiernan y con el propio sistema. Nos hemos reído las gracias de Berlusca,
mientras robaba, hemos aplaudido el ligue italiano de Sarco, mientras comenzaba
a implantar recortes a los franceses, en el Estado español fuimos
condescendientes con bancarios, constructores empresarios, políticos/cas, con
duques y princesas. Europa no va a votar, el ciudadano deja que hagan y
deshagan a su gusto. Hemos hasta festejado la viveza de los ladrones y los
hemos justificado con la idea de que en su lugar y con la oportunidad, nosotros
también, hubiésemos metido la mano en la caja. Pues no. Nosotros no. Como dijo un amigo, la oportunidad no hace al ladrón, se roba a manos llenas por la mala educación
y por la tolerancia estúpida. Cuántas veces hemos oído eso de que
"mientras haya bienestar para todos podemos dejar, y es normal, que los
políticos roben" pues no es normal, es habitual. No es justificable. Lo que es mucho
peor, es que los políticos y políticas dependan de las prevaricaciones de los jueces y de
las coimas y sobornos de los financieros, multinacionales y otros intereses privadísimos.
Nos han estafado, sí, pero durante años los hemos justificado, a veces aplaudido y muchas
votado, vamos, eso que dice Wayoming “son
los putos amos”, roban y son inmunes. No me hace gracia. No hemos exigido a nuestros políticos y
políticas honestidad, integridad, lucidez, inteligencia. Somos un pueblo impreparado, inexperto, en el ejercicio de la democracia y hasta hemos sido
indulgentes. Ahora espero que, a lección aprendida y repetida, no les volvamos
a reír más las gracias y dejemos de pensar que el poder corrompe o que es la
oportunidad la he hace al ladrón, a los que nos gobiernan hemos de exigirles que vengan educados desde casa en la honestidad. Hemos de estudiar a cada político y política con
lupa. Para ello hemos de educar en la lectura más allá de la información, hemos
de enseñar a discernir entre lo moral, lo inmoral y la amoralidad absoluta.
Sí, estamos viviendo una sociedad líquida, pues no la congelemos, mejor
barramos el agua y busquemos las rocas concretas que pueden salvarnos, la
solidaridad, el colectividad, el cooperativismo, el sentido crítico, la
implicación concreta y la tolerancia cero al político o a la política que no respete
nuestro derecho a tener derechos y que estos estén sobre las leyes como dice
Alain Turain. Pero para reclamar estos derechos debemos implicarnos uno a uno y
crear lazos suficientemente sólidos como para que de verdad les venga pánico.
Quizás vayamos por el buen camino, no hacen más que legislar correas y látigos,
reprimir y castigar, eso demuestra el miedo que le han tenido siempre los
poderosos a la suma de individuos. La masa puede ser engañada y controlada, el
ser humano no.
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