Guerra

Esto es una guerra y en las guerras muere gente. Esto es una guerra donde están muriendo los de siempre, la carne de cañón que le llaman. En esta guerra hay dos bandos: El sistema financiero, sin rostro, sin nombre propio, sólo marcas corporativas, y como arma usa el Estado y su gobierno.

En el otro bando estamos nosotros, los que cada día trabajamos o buscamos trabajo. Los que cada día salimos a ganarnos el pan haciendo cosas concretas, por dinero concreto. Los que tenemos nombre y apellido, los que tenemos rostros.

En esta guerra están habiendo más bajas de las que pudimos calcular. Estas personas con nombres y apellidos que se han quitado la vida son nuestras bajas. Las tendremos en nuestros recuerdos el resto de nuestra vida. No como personas que han dejado de luchar, si no como aquellas personas que suicidándose han dando la vida por la causa, nuestros kamikaze, nuestro viento divino. Ellas, aunque silenciosas, han dejado un rastro inolvidable en la gente. Las han empujado de sus balcones, entidades informes, monstruos sin conciencia, armas de ejecución masiva sin conciencia alguna.

Tenemos otros soldados en esta lucha, la gente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, son la infantería, aquellos de avanzada, los que van primeros, los que se ensucian de barro, los que más sufren y los que más balas reciben. Y sin embargo están ahí.

Han tenido que morir muchos para que la prensa pudiera saltarse la censura. Han tenido que morir padres y madres de manera horrenda como para que PP y PSOE opinarán sobre el tema, si, porque hasta ahora no hacen más que opinar.

Les diría si pudiera: Señores lacayos del capital se os esta muriendo la gente que os ha votado. Señores las víctimas son el pueblo que deberían proteger. Señores ya es tarde para detener temporalmente el robo de las casas de la gente, ahora sólo queda detener esta carnicería definitivamente y que a los bancos se los lleve el diablo. Tan valientes que sois dando arengas y tan cobardes frente a los grandes hombres propietarios del capital, porque vosotros, políticos del PP y del PSOE, y los de CiU también, sabéis perfectamente quienes son los que se esconden detrás de los bancos y cajas no tan cajas.

En esta guerra también esta muriendo gente de a poco, como si nos hubieran lanzado un arma química, los pobres sufren aún más las consecuencias de estas bombas que destruyen hospitales y escuelas. Bombas que quitan becas, ayudas y pensiones. Bombas que destruyen a los más desprotegidos, a los más débiles de esta sociedad.

Como en toda guerra controlar la información es imprescindible, por ello nos censuran, nos quitan la voz y mienten. Pero no se puede tapar el sol con un dedo, la gente esta muriendo, la gente se esta matando por la casa y esto ya traspasa la frontera de lo que se puede ocultar.

Recuerden rastreros criados del capital que si continuáis sin proteger a la gente podéis caer, porque aunque veneráis al amo del neoliberalismo y os vendéis como viles bellacos, detrás vuestro esta la gente ya harta perder lo que sus abuelos ganaron en otra guerra.